Frank Suárez señalaba que la gota, caracterizada por acumulación de cristales de ácido úrico en articulaciones como el dedo gordo del pie o los codos, era un problema muy doloroso y frecuente. Aunque se suele culpar a la carne como principal causa, él consideraba que no era el factor determinante.
En su explicación, afirmaba que el ácido úrico proviene del DNA celular, pero que la diferencia entre quienes desarrollan gota y quienes no, aun consumiendo carne, está en la función hepática. Un hígado sano puede procesar y eliminarlo, mientras que un hígado sobrecargado o con hígado graso pierde esta capacidad.
Suárez destacaba el papel del sistema nervioso excitado, que afecta la desintoxicación. Personas con este perfil presentaban además problemas de sueño, digestión y eliminación, lo que agrava la acumulación de ácido úrico.
Entre los factores que sobrecargaban el hígado mencionaba el alcohol (acetato), las grasas en exceso y los azúcares, en especial la fructosa, que inducen hígado graso. Como medidas prácticas proponía reducir azúcar, alcohol y grasas para dar descanso al hígado y permitir que el cuerpo elimine el ácido úrico.
Finalmente, resaltaba la relación entre infecciones por hongo cándida y la gota: la fermentación interna de glucosa producía alcohol, que a su vez generaba acetato y sobrecargaba el hígado, aumentando así el riesgo de ácido úrico elevado.