Precios de la electricidad en América Latina: comparación regional y calidad del servicio
Datos de GlobalPetrolPrices (GPP) para diciembre de 2024 confirman que Colombia se ubica alrededor de 0,21 USD/kWh, en un rango medio-alto dentro de América Latina.
Guatemala y Honduras muestran precios elevados, asociados a una fuerte dependencia de combustibles fósiles importados.
Puerto Rico registra entre 22 y 25 centavos de dólar por kWh según la EIA, lo que lo sitúa entre los más caros por su dependencia del petróleo y derivados.
Paraguay y Ecuador figuran entre los más bajos debido a la alta participación hidroeléctrica; sin embargo, Ecuador enfrentó racionamientos por sequías en 2023–2024.
Cuba y Venezuela presentan valores nominales muy bajos (0,006 USD/kWh y 0 USD/kWh en GPP), pero ambos países sufren frecuentes apagones y racionamientos.
En Cuba, el gobierno modificó tarifas residenciales en 2024, aunque se mantienen subsidios que limitan la sostenibilidad financiera del sistema.
En Venezuela, reportes de prensa documentaron apagones nacionales durante 2024, reflejo del deterioro de la infraestructura eléctrica.
Los precios extremadamente bajos suelen provenir de subsidios estatales y tipos de cambio administrados, lo que genera distorsiones en la comparación internacional.
Expertos subrayan que un kWh barato en la tarifa puede resultar costoso en la práctica si obliga a los usuarios a invertir en plantas eléctricas o baterías por la falta de continuidad.
En contraste, Colombia combina generación hidroeléctrica, térmica y renovable, y su costo final incluye cargos de red, impuestos y subsidios cruzados.
La dependencia de la hidrología hace que la región sea vulnerable a sequías, lo que afecta tanto precios como disponibilidad del servicio.
Ante estos datos, la pregunta irónica “¿será que tenemos que pedir asistencia a Venezuela y Cuba?” pone de relieve que, aunque sus tarifas sean mínimas, la precariedad del servicio eléctrico muestra que no son modelos replicables para garantizar acceso confiable y sostenible.